Antoni Gaudí y la arquitectura contemporánea

El genio modernista trasciende el tiempo y sigue inspirando a los arquitectos actuales

Reforma de la Casa Vicens con escalera escultórica de Martínez Lapeña – Torres Arquitectos, © Pol Viladoms/Casa Vicens

Aproximación a la figura intemporal de Gaudí

La arquitectura de Antoni Gaudí ha fascinado a generaciones de arquitectos y aficionados que han intentado siempre interpretarla, aproximándose a ella con frecuencia como si se tratara de un amasijo de enigmas. La complejidad simbólica de su obra es evidente, lo que ha alentado este tipo de enfoques. Pero la obra de Gaudí es mucho más que formas y signos, y aquí intentaremos primero dar unas pautas básicas que ayuden a tener una visión global y contextualizada de su legado, pero sobre todo a entender la vigencia de sus ideas y su obra, que se adelantaron a su época, pero que además hasta la actualidad siguen inspirando a arquitectos y artistas en la creación de obras contemporáneas.

Gaudí y el Modernisme

El primer paso es entender el contexto social y cultural en el que surge la obra de Gaudí. Barcelona protagoniza una transformación drástica en las últimas décadas del siglo XIX, gracias en buena parte a la revolución industrial, que se plasma en un apogeo económico, un renacimiento cultural pero también en conflictos sociales.

En ese marco aparece la arquitectura Modernista como expresión de una nueva burguesía industrial. Un movimiento complejo, fascinante y hasta contradictorio, que se desarrolla en paralelo con el Art Nouveau internacional y que absorbe diversas influencias teóricas y estilísticas, entre las que destacan la arquitectura gótica y la morisca (que incluye referentes islámicos y mudéjares). A partir de este cúmulo de componentes, surge una arquitectura única, que, a pesar de su tendencia a lo ecléctico, puede alcanzar un sorprendente nivel de armonía. Además, intenta proyectarse hacia el futuro, incorporando materiales y técnicas industriales sin renunciar a una ornamentación exuberante. Aunque la obra de Gaudí será única en muchos aspectos, es desde esta perspectiva esencialmente Modernista.

Azotea de la Casa Milà con chimeneas escultóricas, © Jaume Meneses, bajo licencia CC BY-SA 2.0 DEED

La naturaleza como inspiración divina para Gaudí

Entre los componentes diferenciales de la arquitectura de Gaudí, está su inspiración en la naturaleza. Si bien la podemos encontrar también en proyectos de Domènech i Montaner, por ejemplo, en la obra de Gaudí estará presente desde el inicio e irá ganando relevancia al alcanzar su madurez artística. Lo llevará a experimentar con formas tan singulares como sugerentes, que nos recuerdan desde montañas hasta pulpos, pasando por algas, dragones y huesos. También se podría entonces considerar a Gaudí como un precursor de lo que actualmente se denomina arquitectura biomimética. Una de las motivaciones para elegir esta temática, además de su amor por las enciclopedias y los tratados de biología, fue su fe manifiesta. ¿Qué mejor modelo a seguir para un devoto creyente que la obra de Dios mismo?

La estructura según Gaudí

Otro principio que separa a Gaudí de sus contemporáneos es su experimentación e innovación estructural. El ejemplo más emblemático de esta faceta del arquitecto es la célebre maqueta funicular de la iglesia para la Colonia Güell, elaborada con cuerdas y pesos, y consistente en una sucesión de arcos parabólicos. De hecho, los arcos parabólicos son bastante escasos en la historia de la arquitectura, y se pueden considerar un sello de identidad de Gaudí. Pero no es el único ejemplo: el sistema estructural de la Casa Milà en el que tanto la fachada como los muros interiores pierden su capacidad portante, permite una distribución flexible y grandes ventanales hacia el exterior, aplicando principios vanguardistas en su época.

Arcos parabólicos en el ático de la Casa Milà, © Manuel Torres Garcia/Unsplash

La ópera prima: la Casa Vicens y transformación en museo

La Casa Vicens nos permite constatar que Gaudí tenía una personalidad artística diferenciada desde el inicio de su carrera. Tal vez más cercana al Arts & Crafts que al Art Nouveau, muestra ya la complejidad ornamental de obras posteriores y detalles de gran originalidad. Diversas modificaciones se van sucediendo, siendo la más importante la ampliación de 1927, en la que se realiza un volumen que parece una réplica del original, duplicando su superficie.

Ya en el siglo XXI, se decide convertir la casa en un museo y se aprovecha la ampliación para articular una intervención práctica pero audaz. Martínez Lapeña-Torres Arquitectos, a cargo de esta reforma (2018) realizan una operación de vaciado de la extensión y proponen una nueva escalera, que sustituye la de Gaudí, derribada en 1927. La escalera era un requisito funcional para hacer viable las visitas turísticas, pero se plantea también como un elemento escultórico de gran complejidad geométrica, y así establece un diálogo asimétrico pero enriquecedor con el edificio modernista. No es una intervención tímida ni imitativa. Martínez Lapeña y Torres se inspiran en Gaudí y lo respetan, pero crean algo totalmente nuevo.

Casa Vicens, la primera casa de Antoni Gaudí, © Pol Viladoms/Casa Vicens

La Casa Batlló como apogeo creativo y cromático

La casa Batlló es un caso diferente al anterior, ya que corresponde a la etapa de plena madurez de Gaudí. Es importante recordar que se trata de una reforma de un edificio preexistente, sometido a una completa metamorfosis. Pasa de ser un edificio anodino a una obra maestra de la creatividad y una de las más ricas desde el punto de vista semiótico.

Se trata también de uno de los edificios más coloridos del repertorio gaudiano y este detalle sirve para hacer notar uno de los muchos aspectos en que Gaudí se adelantó a su época. El famoso trencadís aplicado en la fachada es una variante de los revestimientos cerámicos empleada por otros arquitectos modernistas. La técnica, concebida por Gaudí en colaboración con Josep Maria Jujol, consiste en crear mosaicos a partir de fragmentos irregulares, en su mayor parte piezas de baldosas rotas y desechadas por los fabricantes. Desde la perspectiva contemporánea, sería un claro ejemplo de reciclaje, un aspecto más en el que Gaudí parece intuir el provenir.

Fachada principal de la Casa Batlló revestida de trencadís, © F. Delventhal/Flickr, bajo licencia CC BY 2.0 DEED

El homenaje de Kengo Kuma a Gaudí

Las modificaciones experimentadas por la Casa Batlló a lo largo del tiempo han sido menos dramáticas, pero la más reciente e importante merece ser comentada. El arquitecto japonés Kengo Kuma, asume una intervención quirúrgica pero tan osada como la mencionada en la Casa Vicens. Su reforma (2021) interviene algunas pequeñas áreas del sótano y la planta baja, entre las se implanta una nueva escalera helicoidal de formas orgánicas y reminiscencias óseas. Una reinterpretación de la realizada por Gaudí para acceder al área privada de la familia Batlló.

La intervención más importante sin embargo se produce en una escalera de evacuación que conecta todo el edificio verticalmente. Este espacio de circulación se incorpora al recorrido turístico, pero a la vez se transforma en una instalación escultórica. Kuma cambia la madera, protagonista habitual de su obra, por cadenas de aluminio con las que crea una instalación de texturas ondulantes, inmersiva y altamente sensorial. La fuente de inspiración es la maqueta funicular para la capilla Güell y sus formas catenarias pero el resultado es inequívocamente una obra contemporánea que parece coquetear inadvertidamente con el edificio modernista e incluso con otros proyectos de Gaudí.

Cortina metálica de Kengo Kuma en la Casa Batlló, © GA Barcelona

Casa Milà, precursora de la planta libre

Las diversas reformas llevadas a cabo en la Casa Milà en las últimas décadas también son indicativas de esa conexión de Gaudí con lo contemporáneo. Comenzando por los desaparecidos departamentos diseñados en 1955 por Francisco Barba Corsini en el ático de La Pedrera y continuando con la transformación de la planta principal en sala de exposiciones. La apertura de este espacio mediante la desaparición de los tabiques es uno de los ejemplos más emblemáticos y tal vez subvalorados de las cualidades reales y potenciales de la arquitectura de Gaudí. Es una demostración taxativa del sistema de planta libre, consolidado recién en la década de 1920 por los abanderados de la arquitectura moderna, encabezados por Mies van der Rohe y Le Corbusier. De hecho, éste último mostró su admiración y respeto por la obra de Gaudí, y por este edificio en particular, al identificar principios comunes, que incluían también la fachada libre y el “techo jardín”, precisando al mismo tiempo la divergencia de los diseños resultantes.

La Casa Milà de Antoni Gaudí, © Thomas Ledl, bajo licencia CC BY-SA 4.0 DEED

Gaudí aplicó aquí la planta libre a de forma casi empírica, y desde luego poco ortodoxa: columnas de piedra y vigas metálicas que forman una constelación, antes que una retícula. La intención del arquitecto no era desde luego crear un gran espacio abierto y fluido, pero su audacia estructural permite justamente eso: la sala de exposiciones, así como el llamado Espai Gaudí, ubicado en el ático e implementado en 2006, demuestran la flexibilidad estructural y funcional de la Casa Milà, prolongando la vida del edificio más allá de su propósito inicial.

El diálogo propuesto por Toyo Ito entre La Pedrera y sus apartamentos Suites Avenue (2009), ubicados en la acera opuesta del Passeig de Gràcia, es otro ejemplo de la vigencia de Gaudí como fuente de inspiración en la arquitectura reciente. Ito emula las ondulaciones del edificio modernista en clave de doble fachada, recurso distintivo de su repertorio, en la que láminas curvas se proyectan delante de un plano acristalado.

Suites Avenue Apartments de Toyo Ito en el Passeig de Gràcia barcelonés, © Luís Alvoeiro Quaresma/Unsplash

La Sagrada Familia, una sinfonía inconclusa

Finalmente, es inevitable hablar de la Sagrada Familia. Un proyecto controversial y muy diferente de los otros pero que también simboliza la conexión entre Gaudí y lo contemporáneo. Gaudí asume un proyecto ajeno y bastante anodino para convertirlo en otra singularidad arquitectónica. Tan única, que su muerte acarrea décadas de aparente parálisis en las obras. Eventualmente, iniciativas privadas se lanzan a la tarea imposible de terminar la iglesia, pero se topan además con todo tipo de obstáculos. Empezando por los escasos planos esquemáticos y maquetas parciales dejados por el arquitecto, cuyos originales se habían perdido y se recuperaron mediante operaciones no exentas de controversia.

Aquí se toma la primera decisión difícil: intentar recrear la obra de Gaudí sin un referente integral ni claramente definido. Esto se podría justificar en parte tomando en cuenta que los planos de otros proyectos del arquitecto difieren significativamente de los edificios terminados. Pero justamente, esto demuestra la dificultad de la empresa. Los edificios de Gaudí nunca fueron planos trasladados a la realidad. Fueron procesos evolutivos en los que los elementos se iban desarrollando y cambiando hasta tomar su forma final. Un proceso imposible de emular sin el arquitecto de Reus.

Guste más o menos, tal vez haya sido más acertado el planteamiento del escultor Josep Maria Subirachs, que intentó “apropiarse” de las premisas de la Sagrada Familia y construir elementos complementarios, pero claramente diferenciados de los de Gaudí. Es lo que vemos en la fachada de la Pasión, donde las torres son muy semejantes a las originales, pero los elementos escultóricos angulosos adquieren un carácter muy distintivo.

Sagrada Familia, la obra maestra inacabada de Antoni Gaudí, © Canaan, bajo licencia CC BY-SA 4.0 DEED

En las décadas más recientes, la iglesia ha seguido creciendo a paso acelerado, excediendo claramente el ámbito de lo que se puede atribuir a Gaudí como arquitecto. La ejecución de la nave y las torres adicionales constituyen un reto constructivo cuya solución merece un reconocimiento, pero es difícil valorar su pertinencia de forma acrítica. Hay algo de tarea imposible en continuar un proyecto de Gaudí sin su participación y acaso sería más consecuente asumir este edificio como una iglesia medieval, en la que van interviniendo diferentes autores, que en ocasiones dejan su sello personal. El impresionante bosque de columnas de la nave, el elemento más llamativo de esta etapa reciente se inspira evidentemente en principios de Gaudí, pero debería considerarse como una obra contemporánea antes que como “simple continuación” de un proyecto inacabado.

Bosque de columnas en el interior de la Sagrada Familia, © Yabba You, bajo licencia CC BY-ND 2.0 DEED

Antoni Gaudí, una continua fuente de inspiración

A través de estos ejemplos, que no son los únicos, hemos querido demostrar la vigencia contemporánea de Antoni Gaudí. Un arquitecto fascinante y hasta contradictorio, cuyo legado no se limita a las obras que consiguió realizar. Es un referente ineludible para conocer la arquitectura de Barcelona, pero también para entender la historia de la arquitectura occidental, e incluso aspectos de la arquitectura actual.

Casi no hace falta recomendaros que visitéis una o varias obras de Gaudí en vuestro próximo viaje a Barcelona, pero sí os sugerimos que os fijéis también en las reformas o extensiones contemporáneas que se inspiran en su obra y en ocasiones la complementan.

Texto: Pedro Capriata

Pináculo de la Sagrada Familia, © Mireia Garcia Bermejo, bajo licencia CC BY-SA 3.0 ES DEED

BIBLIOGRAFÍA

Bassegoda, J. (2002). Gaudí o Espacio, luz y equilibrio. Criterio Libros.

Centre Obert d’Arquitectura (s.f.). ArquitecturaCatalana.Cat. https://www.arquitecturacatalana.cat/es

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Gaudí, A. (1982). Manuscritos, artículos, conversaciones y dibujos. Colegio oficial de aparejadores y arquitectos técnicos de Madrid.

Giralt-Miracle, D. (2002). Gaudí: La recerca de la forma: Espai, geometria, forma i construcció. Ajuntament de Barcelona.

Kengo Kuma and Associates (s.f.). https://kkaa.co.jp/en/

Lahuerta, J. J. (1993). Antoni Gaudí 1852-1926: arquitectura, ideología y política. Electa.

Lahuerta, J. J. (2002). Casa Batlló. Gaudí. Barcelona. Triangle Postals.

Lahuerta, J. J. (2010). Humaredas. Arquitectura, ornamentación, medios impresos. Lampreave.

Lahuerta, J. J. (2016). Antoni Gaudí. Fuego y cenizas. Tenov.

Pevsner, N. (2011). Pioneers of Modern Design: From William Morris to Walter Gropius. Palazzo.

Ramírez, J. A. (1992). Gaudí. Grupo Anaya.

Ramírez, J. A. (1998). La metáfora de la colmena: de Gaudí a Le Corbusier. Ediciones Siruela.

Selz, P. (Ed.) (1972). Art Nouveau: Art and Design at the Turn of the Century. Museum of Modern Art.

Solà-Morales, I. de (1983). Gaudí. Ediciones la Polígrafa.

Solà-Morales, I. de (1992). Arquitectura Fin de Siglo en Barcelona. Gustavo Gili.

Tarragó, S. (Ed.) (1991). Antoni Gaudí. Ediciones del Serbal.

Published On: febrero 1, 2024Categories: blog
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Nueva arquitectura de madera en Barcelona

Antoni Gaudí y la arquitectura contemporánea

El genio modernista trasciende el tiempo y sigue inspirando a los arquitectos actuales

Reforma de la Casa Vicens con escalera escultórica de Martínez Lapeña – Torres Arquitectos, © Pol Viladoms/Casa Vicens

Aproximación a la figura intemporal de Gaudí

La arquitectura de Antoni Gaudí ha fascinado a generaciones de arquitectos y aficionados que han intentado siempre interpretarla, aproximándose a ella con frecuencia como si se tratara de un amasijo de enigmas. La complejidad simbólica de su obra es evidente, lo que ha alentado este tipo de enfoques. Pero la obra de Gaudí es mucho más que formas y signos, y aquí intentaremos primero dar unas pautas básicas que ayuden a tener una visión global y contextualizada de su legado, pero sobre todo a entender la vigencia de sus ideas y su obra, que se adelantaron a su época, pero que además hasta la actualidad siguen inspirando a arquitectos y artistas en la creación de obras contemporáneas.

Gaudí y el Modernisme

El primer paso es entender el contexto social y cultural en el que surge la obra de Gaudí. Barcelona protagoniza una transformación drástica en las últimas décadas del siglo XIX, gracias en buena parte a la revolución industrial, que se plasma en un apogeo económico, un renacimiento cultural pero también en conflictos sociales.

En ese marco aparece la arquitectura Modernista como expresión de una nueva burguesía industrial. Un movimiento complejo, fascinante y hasta contradictorio, que se desarrolla en paralelo con el Art Nouveau internacional y que absorbe diversas influencias teóricas y estilísticas, entre las que destacan la arquitectura gótica y la morisca (que incluye referentes islámicos y mudéjares). A partir de este cúmulo de componentes, surge una arquitectura única, que, a pesar de su tendencia a lo ecléctico, puede alcanzar un sorprendente nivel de armonía. Además, intenta proyectarse hacia el futuro, incorporando materiales y técnicas industriales sin renunciar a una ornamentación exuberante. Aunque la obra de Gaudí será única en muchos aspectos, es desde esta perspectiva esencialmente Modernista.

Azotea de la Casa Milà con chimeneas escultóricas, © Jaume Meneses, bajo licencia CC BY-SA 2.0 DEED

La naturaleza como inspiración divina para Gaudí

Entre los componentes diferenciales de la arquitectura de Gaudí, está su inspiración en la naturaleza. Si bien la podemos encontrar también en proyectos de Domènech i Montaner, por ejemplo, en la obra de Gaudí estará presente desde el inicio e irá ganando relevancia al alcanzar su madurez artística. Lo llevará a experimentar con formas tan singulares como sugerentes, que nos recuerdan desde montañas hasta pulpos, pasando por algas, dragones y huesos. También se podría entonces considerar a Gaudí como un precursor de lo que actualmente se denomina arquitectura biomimética. Una de las motivaciones para elegir esta temática, además de su amor por las enciclopedias y los tratados de biología, fue su fe manifiesta. ¿Qué mejor modelo a seguir para un devoto creyente que la obra de Dios mismo?

La estructura según Gaudí

Otro principio que separa a Gaudí de sus contemporáneos es su experimentación e innovación estructural. El ejemplo más emblemático de esta faceta del arquitecto es la célebre maqueta funicular de la iglesia para la Colonia Güell, elaborada con cuerdas y pesos, y consistente en una sucesión de arcos parabólicos. De hecho, los arcos parabólicos son bastante escasos en la historia de la arquitectura, y se pueden considerar un sello de identidad de Gaudí. Pero no es el único ejemplo: el sistema estructural de la Casa Milà en el que tanto la fachada como los muros interiores pierden su capacidad portante, permite una distribución flexible y grandes ventanales hacia el exterior, aplicando principios vanguardistas en su época.

Arcos parabólicos en el ático de la Casa Milà, © Manuel Torres Garcia/Unsplash

La ópera prima: la Casa Vicens y transformación en museo

La Casa Vicens nos permite constatar que Gaudí tenía una personalidad artística diferenciada desde el inicio de su carrera. Tal vez más cercana al Arts & Crafts que al Art Nouveau, muestra ya la complejidad ornamental de obras posteriores y detalles de gran originalidad. Diversas modificaciones se van sucediendo, siendo la más importante la ampliación de 1927, en la que se realiza un volumen que parece una réplica del original, duplicando su superficie.

Ya en el siglo XXI, se decide convertir la casa en un museo y se aprovecha la ampliación para articular una intervención práctica pero audaz. Martínez Lapeña-Torres Arquitectos, a cargo de esta reforma (2018) realizan una operación de vaciado de la extensión y proponen una nueva escalera, que sustituye la de Gaudí, derribada en 1927. La escalera era un requisito funcional para hacer viable las visitas turísticas, pero se plantea también como un elemento escultórico de gran complejidad geométrica, y así establece un diálogo asimétrico pero enriquecedor con el edificio modernista. No es una intervención tímida ni imitativa. Martínez Lapeña y Torres se inspiran en Gaudí y lo respetan, pero crean algo totalmente nuevo.

Casa Vicens, la primera casa de Antoni Gaudí, © Pol Viladoms/Casa Vicens

La Casa Batlló como apogeo creativo y cromático

La casa Batlló es un caso diferente al anterior, ya que corresponde a la etapa de plena madurez de Gaudí. Es importante recordar que se trata de una reforma de un edificio preexistente, sometido a una completa metamorfosis. Pasa de ser un edificio anodino a una obra maestra de la creatividad y una de las más ricas desde el punto de vista semiótico.

Se trata también de uno de los edificios más coloridos del repertorio gaudiano y este detalle sirve para hacer notar uno de los muchos aspectos en que Gaudí se adelantó a su época. El famoso trencadís aplicado en la fachada es una variante de los revestimientos cerámicos empleada por otros arquitectos modernistas. La técnica, concebida por Gaudí en colaboración con Josep Maria Jujol, consiste en crear mosaicos a partir de fragmentos irregulares, en su mayor parte piezas de baldosas rotas y desechadas por los fabricantes. Desde la perspectiva contemporánea, sería un claro ejemplo de reciclaje, un aspecto más en el que Gaudí parece intuir el provenir.

Fachada principal de la Casa Batlló revestida de trencadís, © F. Delventhal/Flickr, bajo licencia CC BY 2.0 DEED

El homenaje de Kengo Kuma a Gaudí

Las modificaciones experimentadas por la Casa Batlló a lo largo del tiempo han sido menos dramáticas, pero la más reciente e importante merece ser comentada. El arquitecto japonés Kengo Kuma, asume una intervención quirúrgica pero tan osada como la mencionada en la Casa Vicens. Su reforma (2021) interviene algunas pequeñas áreas del sótano y la planta baja, entre las se implanta una nueva escalera helicoidal de formas orgánicas y reminiscencias óseas. Una reinterpretación de la realizada por Gaudí para acceder al área privada de la familia Batlló.

La intervención más importante sin embargo se produce en una escalera de evacuación que conecta todo el edificio verticalmente. Este espacio de circulación se incorpora al recorrido turístico, pero a la vez se transforma en una instalación escultórica. Kuma cambia la madera, protagonista habitual de su obra, por cadenas de aluminio con las que crea una instalación de texturas ondulantes, inmersiva y altamente sensorial. La fuente de inspiración es la maqueta funicular para la capilla Güell y sus formas catenarias pero el resultado es inequívocamente una obra contemporánea que parece coquetear inadvertidamente con el edificio modernista e incluso con otros proyectos de Gaudí.

Cortina metálica de Kengo Kuma en la Casa Batlló, © GA Barcelona

Casa Milà, precursora de la planta libre

Las diversas reformas llevadas a cabo en la Casa Milà en las últimas décadas también son indicativas de esa conexión de Gaudí con lo contemporáneo. Comenzando por los desaparecidos departamentos diseñados en 1955 por Francisco Barba Corsini en el ático de La Pedrera y continuando con la transformación de la planta principal en sala de exposiciones. La apertura de este espacio mediante la desaparición de los tabiques es uno de los ejemplos más emblemáticos y tal vez subvalorados de las cualidades reales y potenciales de la arquitectura de Gaudí. Es una demostración taxativa del sistema de planta libre, consolidado recién en la década de 1920 por los abanderados de la arquitectura moderna, encabezados por Mies van der Rohe y Le Corbusier. De hecho, éste último mostró su admiración y respeto por la obra de Gaudí, y por este edificio en particular, al identificar principios comunes, que incluían también la fachada libre y el “techo jardín”, precisando al mismo tiempo la divergencia de los diseños resultantes.

La Casa Milà de Antoni Gaudí, © Thomas Ledl, bajo licencia CC BY-SA 4.0 DEED

Gaudí aplicó aquí la planta libre a de forma casi empírica, y desde luego poco ortodoxa: columnas de piedra y vigas metálicas que forman una constelación, antes que una retícula. La intención del arquitecto no era desde luego crear un gran espacio abierto y fluido, pero su audacia estructural permite justamente eso: la sala de exposiciones, así como el llamado Espai Gaudí, ubicado en el ático e implementado en 2006, demuestran la flexibilidad estructural y funcional de la Casa Milà, prolongando la vida del edificio más allá de su propósito inicial.

El diálogo propuesto por Toyo Ito entre La Pedrera y sus apartamentos Suites Avenue (2009), ubicados en la acera opuesta del Passeig de Gràcia, es otro ejemplo de la vigencia de Gaudí como fuente de inspiración en la arquitectura reciente. Ito emula las ondulaciones del edificio modernista en clave de doble fachada, recurso distintivo de su repertorio, en la que láminas curvas se proyectan delante de un plano acristalado.

Suites Avenue Apartments de Toyo Ito en el Passeig de Gràcia barcelonés, © Luís Alvoeiro Quaresma/Unsplash

La Sagrada Familia, una sinfonía inconclusa

Finalmente, es inevitable hablar de la Sagrada Familia. Un proyecto controversial y muy diferente de los otros pero que también simboliza la conexión entre Gaudí y lo contemporáneo. Gaudí asume un proyecto ajeno y bastante anodino para convertirlo en otra singularidad arquitectónica. Tan única, que su muerte acarrea décadas de aparente parálisis en las obras. Eventualmente, iniciativas privadas se lanzan a la tarea imposible de terminar la iglesia, pero se topan además con todo tipo de obstáculos. Empezando por los escasos planos esquemáticos y maquetas parciales dejados por el arquitecto, cuyos originales se habían perdido y se recuperaron mediante operaciones no exentas de controversia.

Aquí se toma la primera decisión difícil: intentar recrear la obra de Gaudí sin un referente integral ni claramente definido. Esto se podría justificar en parte tomando en cuenta que los planos de otros proyectos del arquitecto difieren significativamente de los edificios terminados. Pero justamente, esto demuestra la dificultad de la empresa. Los edificios de Gaudí nunca fueron planos trasladados a la realidad. Fueron procesos evolutivos en los que los elementos se iban desarrollando y cambiando hasta tomar su forma final. Un proceso imposible de emular sin el arquitecto de Reus.

Guste más o menos, tal vez haya sido más acertado el planteamiento del escultor Josep Maria Subirachs, que intentó “apropiarse” de las premisas de la Sagrada Familia y construir elementos complementarios, pero claramente diferenciados de los de Gaudí. Es lo que vemos en la fachada de la Pasión, donde las torres son muy semejantes a las originales, pero los elementos escultóricos angulosos adquieren un carácter muy distintivo.

Sagrada Familia, la obra maestra inacabada de Antoni Gaudí, © Canaan, bajo licencia CC BY-SA 4.0 DEED

En las décadas más recientes, la iglesia ha seguido creciendo a paso acelerado, excediendo claramente el ámbito de lo que se puede atribuir a Gaudí como arquitecto. La ejecución de la nave y las torres adicionales constituyen un reto constructivo cuya solución merece un reconocimiento, pero es difícil valorar su pertinencia de forma acrítica. Hay algo de tarea imposible en continuar un proyecto de Gaudí sin su participación y acaso sería más consecuente asumir este edificio como una iglesia medieval, en la que van interviniendo diferentes autores, que en ocasiones dejan su sello personal. El impresionante bosque de columnas de la nave, el elemento más llamativo de esta etapa reciente se inspira evidentemente en principios de Gaudí, pero debería considerarse como una obra contemporánea antes que como “simple continuación” de un proyecto inacabado.

Bosque de columnas en el interior de la Sagrada Familia, © Yabba You, bajo licencia CC BY-ND 2.0 DEED

Antoni Gaudí, una continua fuente de inspiración

A través de estos ejemplos, que no son los únicos, hemos querido demostrar la vigencia contemporánea de Antoni Gaudí. Un arquitecto fascinante y hasta contradictorio, cuyo legado no se limita a las obras que consiguió realizar. Es un referente ineludible para conocer la arquitectura de Barcelona, pero también para entender la historia de la arquitectura occidental, e incluso aspectos de la arquitectura actual.

Casi no hace falta recomendaros que visitéis una o varias obras de Gaudí en vuestro próximo viaje a Barcelona, pero sí os sugerimos que os fijéis también en las reformas o extensiones contemporáneas que se inspiran en su obra y en ocasiones la complementan.

Texto: Pedro Capriata

Pináculo de la Sagrada Familia, © Mireia Garcia Bermejo, bajo licencia CC BY-SA 3.0 ES DEED

BIBLIOGRAFÍA

Bassegoda, J. (2002). Gaudí o Espacio, luz y equilibrio. Criterio Libros.

Centre Obert d’Arquitectura (s.f.). ArquitecturaCatalana.Cat. https://www.arquitecturacatalana.cat/es

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Giralt-Miracle, D. (2002). Gaudí: La recerca de la forma: Espai, geometria, forma i construcció. Ajuntament de Barcelona.

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Tarragó, S. (Ed.) (1991). Antoni Gaudí. Ediciones del Serbal.

Published On: febrero 1, 2024Categories: blog
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